jueves, 7 de febrero de 2013

¡Buenos días, Doctor!

Usted dirá lo que quiera, doctor, pero a mí esto no me parece normal. Yo antes saltaba de la cama y me tiraba al periódico como un gato. Ahora me tiro igualmente, sí, pero paso las hojas con desgana. Y eso no tiene lógica. Porque, y ahí es donde yo veo la anomalía, cuando digo antes me refiero al tiempo en que leer un periódico era aburridísimo, solo hablaban de inauguraciones de polígonos industriales y fusiones de bancos, cosas así. Lo más emocionante que encontrabas era la erupción de un volcán en la Patagonia.

Y, precisamente ahora, cuando la cosa está que arde, voy yo y me apago. Qué contrariedad. Que usted me salga con que no soy yo solo sino que el país entero se contagió de esta epidemia, a mí, si le soy sincero, me consuela muy poco. Yo lo que quiero es que me recete algo fuerte, aunque sea pagando el euro de la receta. 

Veo el ridículo que todos los dirigentes del PP están haciendo en sus declaraciones públicas sobre el caso “Barcenas” poco después de que el mismo partido hubiese aprobado la famosa amnistía fiscal para su propio beneficio e intentar salvar el culo a toda la cúpula “Gurtel”. Algo parecido a lo que me pasa con los reportajes sobre los coches de época que la Zarzuela guarda en sus garajes y que la prensa saca pocos días después de que el Rey saliera por la televisión diciendo que hay que apretarse el cinturón.

Antes sentía rabia, doctor. Ahora ya no. Sólo impotencia. Y desgana. Podría seguir, doctor, escribiéndole causas y síntomas de esta dolencia mía, pero desde que subieron el recibo de la luz y me bajaron el sueldo, en casa no encendemos la calefacción y tengo los dedos congelados. Ya sabrá usted disculparme. Le dejo la nota sobre la mesa para que cuando vuelva usted de la huelga de su sector la atienda si procede. Atentamente.

1 comentario:

  1. Muy bueno, Roberto! Estoy de acuerdo con el paciente. Necesitamos algo fuerte y Sanidad no nos lo puede dar. Buen relato.

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